Descubre cómo la monogamia, la poligamia y las relaciones abiertas impactan en los vínculos desde la psicología clínica y la responsabilidad afectiva.
Introducción
En los últimos años, han crecido las conversaciones sobre relaciones abiertas, monogamia, poliamor o poligamia. Muchas veces se interpretan como modas, rebeldías culturales o rupturas frente a lo tradicional. Sin embargo, desde la psicología clínica la mirada es distinta: no se trata solo de cómo amamos, sino de cómo nos vinculamos y qué tanto ejercemos la responsabilidad afectiva.
La tendencia en Colombia: más modelos, más confusión
En Colombia, el interés por las relaciones no monogámicas ha aumentado, pero también la desinformación. Lo que idealizamos en redes sociales puede llevar a vínculos frágiles, poco compromiso y un individualismo emocional que no permite construir relaciones sanas.
📊 Dato clave: un estudio revela que el 48% de los colombianos ha tenido algún tipo de relación no monogámica. Las más frecuentes son:
- Infidelidad: 31%
- Relaciones abiertas: 19%
- Tríadas: 15%
- Anarquía relacional y polifidelidad: 14%
- Poliamor: 12%
- Intercambio de parejas: 11%
- Poligamia: 9%
Este panorama muestra que necesitamos aprender a comunicar necesidades, límites, miedos y deseos.
Definiendo términos
- Monogamia: acuerdo de exclusividad sexual y emocional entre dos personas, culturalmente ligado al matrimonio y la idea de compromiso “para toda la vida”.
- Poligamia y relaciones no monogámicas consensuadas: múltiples vínculos afectivos o sexuales con conocimiento y consentimiento de todos los involucrados. Aquí caben el poliamor, tríadas, relaciones abiertas, entre otros.
👉 Lo importante no es el modelo, sino la posición emocional que asumimos dentro de él.
Psicología y vínculos: apego y madurez emocional
Las personas se relacionan según su estilo de apego, moldeado por experiencias tempranas. Tanto en la monogamia como en el poliamor, estos estilos influyen en cómo gestionamos los celos, la exclusividad, la autonomía o la búsqueda de estabilidad emocional.
Los desafíos más comunes:
- Celos
- Inseguridad
- Comparación
- Dependencia emocional
Ningún modelo relacional elimina estos sentimientos; solo cambian de forma.
Mitos y realidades
- La monogamia no garantiza fidelidad ni respeto por sí sola.
- El poliamor no es sinónimo de “libertinaje”, sino de altos niveles de autoconocimiento, empatía, comunicación honesta y gestión emocional.
- Abrir la relación no elimina conflictos; incluso puede intensificarlos sin bases emocionales sólidas.
Relaciones sanas: lo que sí importa
Independientemente del modelo, lo esencial es trabajar en:
- Autoestima
- Límites claros
- Comunicación asertiva
- Conciencia emocional
Esto permite que los vínculos no se sostengan por la estructura (monogamia o poligamia), sino por la madurez emocional de quienes participan.
Hacia dónde vamos como sociedad
El mismo estudio señala que:
- 42% cree que predominará la diversidad de modelos relacionales.
- 28% piensa que reinarán la soltería o vínculos artificiales.
- 5% considera que la monogamia tradicional se mantendrá.
Esto refleja un cambio cultural, pero también la urgencia de educarnos emocionalmente para vivir relaciones más conscientes y honestas.
Conclusión
Ni la monogamia ni la poligamia son la solución ni el problema. Son modelos de relación que requieren madurez y responsabilidad afectiva. Amar no es solo sentir: es elegir cuidar al otro con coherencia emocional.
💬 Como psicóloga clínica, mi invitación es clara: no se trata de qué tipo de relación eliges, sino desde dónde y cómo la vives. Educar emociones, comunicar con honestidad y sostener vínculos con respeto es el camino para construir relaciones sanas, sin importar la forma.
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